¿Cuántos ojetes indiscretos nos han visto en nuestros momentos de más esfuerzo?


bachelorette party supplies

miércoles, 25 de mayo de 2011

Historia, las fotos os las imagináis xDD

¡Hola! ¡Ese rosario fue un regalo ! O eso espero ¡que me costó mucho conseguirlo! Resulta que no encontraba nada que regalarte, y me vino a la cabeza una vieja leyenda sobre un rosario perdido, (^^), y con poderes de Nuestro Querido, Poderoso y Omnisciente Señor Jesucristo (sí, en mayúsculas), del que por cierto tengo una foto: . Asique como yo soy muy dado a la aventura, me decidí en ir a la caza de ese “Gran Rosario”, cosa que me parece heavy, porque nunca me lo había planteado la verdad… El caso es que Nuestro, tal, tal y tal amigo Jesús dejó una nota para buscar ese objeto. En ella decía que “el pibe o pibita que vaya a por el collarcillo ése lo pasará mu’ chungo, y pa’mpezar a buscarlo ir a una tienda de bisutería”. Que cachondo el tío… No ponía nada más, ni una “X” en un dibujo de un trozo de tierra… se ve que estaba ocupado haciendo milagros, o… fumando algo porque la cara que tiene en la foto da que pensar… Bueno, que me pierdo. Resulta que me vino la inspiración divina y dije “¡coño, (con perdón) le voy a preguntar a mi amiga Anita Accesorios y Complementos!” y me dio una pista: “O sea, tío… yo no sé nada de súper-mega rosarios ¿sabes?, lo que si se es que en mi tienda venden unos fluorescentes que son súper fashion, y que bajo mi tienda pasan cosas muy raras ¿me entiendes? Mmmm… espera, ¿de que estábamos hablando cari? ¡¿Nos vamos de shopping?!” La pregunté más a fondo, y resulta que en su tienda las cosas “brillan por dentro, como un cartel de un puticlú, ¿sabes?”. El caso es que por curiosidad me pasé por allí, y era verdad… no sé si los accesorios brillaban para insinuárseme o porque querían decirme algo. Pero me quedé con la segunda opción, era más normal ¿no?, aunque había un anillo bastante tentador la verdad… Bueno, seguí a una pulsera (un poco muy hortera, todo hay que decirlo), y me llevó a un sótano, y se fue, así sin decirme lo que tenía que hacer, porque se podía mover y sin despedirse… a parte fea maleducada… Me quede perdido, sin saber que hacer, y miré al techo, ¡y allí si había un pista de Nuestro tal, tal y tal amigo Jesús! Era un poco… como decirlo… rara. En el techo estaba dibujado un negro fumando marihuana que me sonreía, y que (como iba siendo normal en esta tienda) tenía vida propia, aquí pongo algo parecido: . Me habló: “¿Kaces aquí, tronco?” y yo le contesté en su jerga: “Pos’na macho, que venía’por un collar to´raro, tío”. Y me dijo (ya no lo transcribo que es muy difícil de escribir), que tenía que estamparme contra la pared no sin antes vestirme de fontanero. Total, que de repente un armario (también vivo por supuesto), me escupe un traje, no sin antes expulsar una bocanada de humo de porro que te cagas. Total, que me lo puse y… aunque me de vergüenza te voy a poner una foto de cómo quede que me hizo una mesa que pasaba por allí: . Ahora tengo hasta bigote y todo… Como ya tenía puesto el traje me estampé contra la pared, y cual fue mi impresión (no sabes cuánto, de verdad), cuando de repente me sentí como Harry Potter (para otros Parry Otter o Jarry Pettas, que viene que ni pintado para esta historia) cuando traspasaba el andén 9 y ¾. Bueno, me encontré de repente como en un juego de la Wii, algo evidente porque iba vestido de Super Mario, pero bueno… así que busque un pantalla de televisión por dentro, es decir, desde dentro, a ver si alguien me controlaba, y no encontré a nadie… Que mal lo pasé… con lo patoso que soy yo para esto pensé que me iba a salir unos cuantos millones de veces la p*** pantallita de los c****** en la que pone “GAME OVER”. Pensé en dejarlo porque no tenía posibilidades, pero resulta que con el traje no sólo iba haciendo el ridículo, ¡si no que dar saltitos se hacía la mar de fácil! En fin, que me lancé a la búsqueda del rosario ése, lo que al cambio sería la princesa pija esa vestida de rosa. El caso es que me puse a saltar plataformas como un loco, y eso no es todo, estaba yo brincando tan ricamente cuando de repente (¡mira! ¡un pareado!) me ataca un monstruo feo, y cómo no, adjunto foto: . Lo único que tenía a mano era una maceta que aunque se la tirara una y otra vez no se gastaban nunca, munición ilimitada, sin peso y sin saber cómo aparecían tronco… cada vez me gustaba más el jueguecito ése. Me lié a macetazo limpio y el bicho, pues se fue pal’otro barrio, evidentemente. Pero, ¿a que no sabes qué? Que no era solo un bicho feo, si no miles… asique imaginate que espectáculo: un fontanero loco tirando macetas histéricamente mientras unos bichos verdes le abren la bocaza y le atacaban con piruletas… Menos mal que no hice una foto… ¡Ah, claro! ¡Ya se porqué! Porque estaba tirando macetas… Me pasé bastantes niveles, no sin antes tomarme setas reconstituyentes (más de una alucinógena, pero claro, eso no lo ponen en el juego original…) y encontré muchos amiguitos, entre ellos a la princesa pija-rosa, a mi primo pizzero Luiggy, y a alguna seta voladora, muy majos todos, a ver si te los presento un día. Todos juntos llegamos al jefe final-finalísimo, que claramente, era mucho mas verde, más feo y más grande, lo típico en los jefes finales-finalísimos, aunque éste para colmo llevaba corona, para que se notara que era absolutista. Nos liamos a darle de ostias y aquí tienes una foto que he encontrado en internet del espectáculo (no me preguntes quien la hizo, aunque sospecho de la seta voladora ésa…): , te la pongo más grande para que admires el increíble séxtuple-salto-mortal-con-ángel-invertido-y-tiro-de-cebolla que logré hacer. Ganamos, ¡y no te creas que el monstruo feo se desangró ni nada eh! ¡Que se murió entre una nuve de estrellitas el muy cachondo! En cuanto ganamos la princesa pija-rosa (que por cierto tiene doble personalidad, como puedes comprobar en la foto), dijo que vio algo brillar a lo lejos. Con mis super poderes de fontanero me lance a por lo que brillaba, y cuál fue mi sorpresa al ver un rosario en un paquetito de plástico, aunque para ser sinceros no tiene nada de especial. Volví con mis amigos, y como sabía que llegaba en momento de despedirse, hicimos lo propio. Luiggy me dio una caja con ingredientes para pizza típicamente italianos que no se acababan nunca, la princesa pija-rosa me mordió, arañó y muchas más cosas que no te voy a poner aquí (por ser privadas claro), y la seta voladora me regalo unas cuantas setas para cuando quisiera pasar un buen rato (¡y creo que también era “munición ilimitada”! Que bien me lo iba a pasar…). De repente aparecí en el sótano ese con el negro fumando, el armario fumado y un árbol de navidad que pasaba por allí. Con mi preciado objeto en mis manos, me fui de la tienda de mi amiga, no sin antes despedirme de mi amiga Anita, que me dijo: “¡Adiós guapo! ¡Vuelve pronto y recuerda hacer publicidad de mi tienda: Promiscua’s!”. Llegué a mi casa y como al día siguiente era ya lunes, pensé en darte el regalo, y lo hice, aunque de verdad, espero que te haya gustado. Y ahora te preguntarás, ¡¿pero que súper poderes tiene, joder?! La respuesta es evidente, amigo, no tiene poderes. Pero bueno, lo puedes utilizar como amuleto de la buena suerte. Si piensas que ese objeto te dará suerte para lo que tú quieras éste funcionará, porque eso no sale del objeto, sale de la importancia que le das a él. ¿Me entiendes? Si no lo pillas, cuando sepas quien soy me lo preguntas ¿vale? O lo puedes utilizar para cualquier cosa, para adornar la habitación, pedir al Papa que te lo bendice cuando venga de tour a España… El caso que es que por lo menos lo guardes.

domingo, 7 de febrero de 2010

Pelos y... ¡mierda!

Ayer me reuní con unas personas, muy majas por cierto, que no creía que me harían pasar tan buen momento. Últimamente, no sé si es por el blog o por qué, escucho más cosas relacionadas con la mierda que de costumbre. Me podría parecer algo asqueroso, pero la verdad es que mola. Y evidentemente al escribir de estas cosas en el blog me viene como dedo al culo. Hablar de un tema así cuando la gente se suelta sin un “cállate que me das asco” es tan… ¿reconfortante?, quizá, porque así sabemos que no somos los únicos que cagamos. El caso es que ayer, después de cenar con estas personas tan maravillosas (viva el peloteo), las chicas empezaron a hablar de pelos, y no preguntéis el por qué, aunque si queréis una respuesta que os acabo de negar es que son tales para cuales. Estaba yo tan tranquilo midiendo mi edad cerebral (¡¡35 añacos chavales!!) cuando de repente veo a uno de estos chicos enseñar su pierna, que por decirlo de alguna manera bastante suave, parecía que tenía ahí el forro de un abrigo esquimal, aunque como el está orgulloso a la par que feliz con sus pelos, no hay que temer una depilación que provocara una catástrofe mundial. Para él, y cito textualmente: "el pelo es felicidad" una buena filosofía de vida. Cómo no, él no iba a ser el único que enseñase su hermosura, si no que a mí también me hicieron enseñarles mi estilizada pierna, y digo estilizada porque al lado de la suya la mía parece el culito de un bebé, qué digo el culito de un bebé, en comparación ¡lo mío es tierra fértil! Después de mi turno le llegó el turno a todos los chicos presentes, y bueno… la verdad es que eso no tiene más misterio. Pero Don Chewaka (el chico de los pelos), experto en la vida sin depilación no iba a dejar todo ahí, no. Y aquí es donde empieza lo bueno, donde empieza toda la mierda. Para no interrumpir la conversación a cada frase, pondré la conversación entera, que yo soy como la televisión pública, no hago interrupciones ni para mear. Ahí va:

(Al rato de enseñar la pierna):

-Pues todavía no me habéis visto el culo, eso todavía es peor.

-Entonces tú cuando cagas ¿lo haces en lonchas?

-No, yo lo separo por ingredientes.

(Ahora se dirige a otro):

-Y tú no hables, ¡que con lo que tienes ahí te puedes peinar la raya de en medio!

-¡Y ponerme flequillo!

Y hasta aquí la conversación. Algunos de los presentes no sabíamos como habíamos terminado hablando de pelos y de mierda, pero aún así todos nos estábamos partiendo el culo. Cuando tengamos una conversación en la que profundicemos más en el tema, y sobre todo que sea graciosa, también la contaré. ¡Un saludo!

domingo, 24 de enero de 2010

HUGGIES POWAH!

Me aburro bastante no me gustan los domingos..., así pues relataré una desafortunada experiencia que me ha sobrevenido hace poco. Bueno, como la mayoría de los lectores de este blog conocéis esta última semana he tenido un pequeño virus estomacal que durante tres días ha estado haciendo de las suyas con mi flora intestinal, gastroenteritis. Es algo que no le deseo a mucha gente xD, a los continuos vomitos y diarreas (T.T) hay que añadirle la fiebre y el dolor de cuerpo que parece que te han pegado una paliza, pero no me centraré en lo malo que conlleva esta enfermedad, sino en el único aspecto positivo que descubrí en el trascurso de la misma. Esto está ligado a la cagalera supina que tenía, en un día podía ir al baño como 15 veces, y, claro, el culete se resiente(el Scotex es bueno pero no tanto) por no poner otro sinónimo ^^. He aquí entonces mi descubrimiento, ¡las toallitas para los bebés!, acostumbrado a exponer tus nalgas al áspero, rugoso y tosco papel normal de váter, el uso de estas toallitas tan delicadas y suaves era algo espléndido, majestuoso, magnífico...chachi!, gracias a ellas mis horas en el baño fueron algo más amenas dentro de lo que cabe. Sino fueran tan caras, casi 4 euros las puñeteras toallitas...sé de uno que empezaba a utilizarlas cada día Hasta aquí la pequeña experiencia de mi enfermedad estomacal y el retorno de las toallitas de bebé, ahora entiendo lo de más suave que el culito de un bebé. Me despido con otra cita de esas que me gustan ^^:"Qué triste es amar sin ser amado y qué triste es cagar sin haber almorzado". Os quiero a tos, un saludo! PD1: Cacafuti no viene el diccionario!!!!!! PD2: Cuidado con los fideos esos chinos precocinados ¡Warning!

lunes, 18 de enero de 2010

Escuela de música

Hoy tengo día libre de raid y me aburro mucho porque nadie está en el msn, asique creo que voy a contar la historia de la mierda del viernes. Como todos sabeis, o algunos, estabamos sentados en un banco enfrente de la escuela de música esperando a sandra y bueno.. ya salía con ganas de cagar pero el frío hacia que mi ano se encogiera poco a poco. Con la tontería de que Harry el Sucio tenía un vicio supremo a la DS, mi mente en vez de concentrarse en la temperatura ambiente, se dirigió hacia el juego y mi culo se fue relajando. Primero le pedí que me acompañara a mear y al esperarme en el pasillo mientras estaba de cuclillas orinando, oía la música del Mario Kart. No me concentraba, asique terminé y salí fuera. Poco después me levanté para entrar en calor y mientras daba saltitos, un punzón hiriente se abría camino dentro de mi. Fui rápido al baño anterior, eran aproximadamente las 10:20 y tenía poco tiempo. Tras entrar y cerrar la puerta, me puse de cuclillas haciendo lo imposible para mantenerme de pie mientras hacía fuerzas.... es muy dificil, no recomendable si no te vas a sentar. Mis manos se cerraron en un puño, me clavaba las uñas de la fuerza que hacía para parir aquella mierda y notaba una presión que rozaba la sensación de explosión dentro de mis ojos. Así, pensando que si los cerraba no saldrían fuera de su cuenca, hice la mueca de esfuerzo más brutal que pude. Mis dientes rechinaban, mis venas se notaban en mis manos y mientras intentaba mantenerme en pie. No salía... Respiré hondo, me preparé para otro empujón... Nada. Un sudor frío recorría mi cara y la rabía se apoderaba de mi. Ciertamente parecía Hulk haciendo fuerza. Me volví a preparar, pues notaba como su lacerante punta intentaba salir de mi. Finalmente y tras mucho esfuerzo, salieron cerca de 5 cms que me costó la vida cagar, asique me limpié (todo esto todavía de pie) y salí medio tambaleante del edificio buscando el frescor de la calle.

Psique

jueves, 14 de enero de 2010

Un día de compras

El otro día estuve de compras en un centro comercial. Y claro que si tienda para aquí, tienda para allá. Entro en una tienda me pruebo un pantalón, entro en otra y me pruebo una camiseta. Que si es la hora de comer y me voy a comer una hamburguesa y luego de nuevo a la carga con las tiendas... Total que me tiré dando vueltas por el centro desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde. Y como no paré, tampoco pude pasar por mi amado baño en esas diez horas, por lo que cuando estaba yendo en autobús para mi casa, una acuciante sensación de que tenía que expulsar una parte de mi, acudió a mi culo y mi ano se empezó a contraer, pues no quería hacerme mis necesidades encima. Todavía quedaba media hora para que el autobús llegada a mi parada y a cada segundo que pasaba sentía que cada vez tenía más ganas de soltar ese peso que me incomodaba. Me revolvía en el asiento cada vez que el autobús tenía que hacer una parada para que los pasajeros se bajasen o subiesen otros nuevos. Por fin el autobús llegó a mi parada y eché a andar hacia mi casa. La única pega que tenía ahora es que la parada del autobús está a quince minutos de mi casa, y esa es la más cercana. Deseaba con toda mi alma llegar a mi casa y hacer una visita al señor roca, pero no podía echar a correr pues me hubiera cagado encima. Iba andando lo más deprisa que podía, apretando con fuerza tanto mis nalgas como mi ano. Cuando llegué a un descampado que está a unos cinco minutos de mi casa no podía más, sabía que no me iba a dar tiempo a llegar a mi casa. Busqué un lugar escondido por el descampado, y vi unos matorrales. Me puse tras ellos para ocultarme de las miradas indiscretas de las pocas personas que pasaban por allí, dejé las bolsas de la compra un tanto apartadas, saqué el paquete de clínex del bolso y me desabroché los pantalones y me los bajé, junto con el culotte. En seguida me puse en cuclillas y dejé que la naturaleza siguiera su curso. Noté como me iba vaciando poco a poco y me quede relajadísima por quitarme aquel peso de encima; a la vez también oriné, pues llevaba más de diez horas sin mear. Cogí un pañuelo del paquete y me limpié lo mejor que pude. Una vez limpia, me subí los pantalones, cogí las bolsas y me fui dejando abandonada a mi mierda no sin antes echarle un pequeño vistazo: estaba dividida en dos, un fragmento pequeño y otro un tanto más grande. Ambos parecían bastante consistentes y su color era no muy oscuro. A su lado y por encima había un charquito de mi pis que se iba haciendo cada vez más grande y al lado estaba el pañuelo con el que me había limpiado. Inmediatamente después me fui apresuradamente a mi casa deseando que nadie me hubiera visto, pero con un descanso en el cuerpo por el que no me arrepentí de haber cagado en medio del descampado, es más, volvería a hacerlo si fuese necesario. Bueno y aquí concluye mi experiencia, más adelante os iré contando otras. Un chocolateado besito.

martes, 12 de enero de 2010

Un té, por favor!

Pues tras el relato de ayer, la bomba de hiroshima calló sobre leganés rompiendo las barreras del tiempo y el sonido. Llevaba todo el día con un resquemor detestable en el estómago hasta que me llegó la hora de ir al baño. En ese momento me encontraba jugando a la DS (si Harry, he abanzado en el FFIII) y tuve que ir corriendo, pero me frené en seco cuando vi que una rendija de luz salía de su interior, vamos, que estaba ocupado por mi madre. Llamando con prisas a la puerta le pregunté que cuanto le quedaba y me respondió que un minuto. A mi me estaban entrando los típicos sudores fríos que te dan cuando tienes algo tan grande y pesado que expulsar que lo quieres hacer YA. Pasado ese minuto no salía, y ante la imperiosa necesidad de mi ano pasé al baño como un relámpago. Mi madre estaba lavándose la cabeza, la muy ... - ¿un minuto, eh? -Comprendeme, si no me toca oler tu mierda, y estoy harta porque siempre me lo haces. -¡Pues tu comprende que como no te laves la cabeza rapidísimo, el champú que vas a usar será marrón! Se aclaró con la velocidad del rayo la cabeza y cerré la puerta tras ella. Lo que sentí al descargar ciertamente hoy no lo puedo describir, porque si a la vez me moría del dolor de tripa, resucitaba por el gusto que me procudía. Una especie de mus achocolatado estaba entrando en el agua del váter y lo llenaba todo de c-olor. Miré hacia abajo y la montaña estaba cerca de sumar 10 cm de altura, pero por fortuna no llegaba a tocarme el culo. Eso me daría mucho asco. Asique más feliz que una perdiz pero aun con dolor de tripa, me fui a hacer un té digestivo y a esta hora, los gases siguen saliendo de mi cuerpo, pero no tan calentitos como los de ayer.
Psique

lunes, 11 de enero de 2010

Literatura excrementicia

Hoy voy a hablaros de un extraño fenómeno que nos aborda a todos y cada uno de nosotros en el momento de obrar en el cuarto de baño. Estoy hablando de la ineludible necesidad de leer algo mientras cagas. Si la necesidad no aprieta lo suficiente te permites el lujo de coger alguna revista, libro, diccionario (conozco un caso), panfleto o cualquier trozo de papel grafiado y coherente que tengamos a mano para ojearla u hojearla, eso da lo mismo, el caso es tener algo entre manos. En el baño leemos aquello que nunca leeríamos sentados tranquilamente en el sofá o en la cama, nos aborda un virus lector que nos invade lentamente a lo largo del ejercicio del cagar, de pronto nos interesa con quien está el famosillo mas guarro/-a de todo el panorama de la prensa del corazón, vemos el catalogo de muebles del Ikea o nos llevamos un libro cuando sabemos que "eso" va a negarse a salir durante un rato y te espera una ardua batalla mierda vs ano, aunque realmente luego no leamos ni media página. Pero este fenómeno sin duda extraño se intensifica hasta tal punto que se convierte en algo que da miedo, esto ocurre cuando la necesidad aprieta demasiado y no puedes desviarte de tu camino a por una revista o lo que pilles, no, ano ha perdido la batalla contra su archienemigo y debes correr. Te plantas en la taza y tu cara de sufrimiento se transforma en un instante en placer hasta que te das cuenta de que no tienes nada para leer, ¡mierda!, sí es su culpa..., el virus empieza a propagarse por todo tu cuerpo mientras que la mierda aprieta, es el momento crítico y tienes que tomar una decisión, das un rápido vistazo a tu baño y ves el bote champú( gel, perfume, dentífrico, espuma, laca, cualquier cosmético al fin y al cabo en ese momento no estás para pensar, estás para actuar) casi al alcance de tu mano... alargas la mano pero no lo alcanzas... el fin se acerca... hay que tomar medidas drásticas... ahuecas el culo de la taza y coges el bote en un rápido y ágil movimiento para volver cuanto antes a plantar las posaderas, no vaya a ser que justo en ese momento ocurra lo que no tiene que ocurrir (caga feliz y contento, pero por favor caga dentro. Vuelves a tu postura inicial la cara de sufrimiento, que pasó a placer y volvió al sufrimiento retorna al placer nuevamente. Estás completo, el virus se elimina lentamente de tu organismo cuando te dispones a leer la interesantísima y novedosa información que te aporta tu champú y la cual desconocías. Lees los ingredientes(en inglés siempre es algo que no entiendo,¡quiero leer los ingredientes en español!), el modo de uso( aunque obviamente sabes perfectamente como se usa) pero que más da... estás cagando y estás leyendo... eres féliz. Acabas tu obra, dejas el bote en el suelo y comienzas el ritual "postcague", te limpias, te vistes de nuevo de cintura para abajo, dejas el champú en su sitio, tiras de la cadena ( antes de esto también puedes observar tu obra, conozco casos xDD), te lavas las manos, y te dispones a salir del cagadero, orgulloso, sabiendo que te has quitado un peso de encima, libre al fin y al cabo. Ale me despido con otra cita puramente filosófica del acto excretor. "Los escritores de baño, son poetas de ocasión, que buscan entre la mierda, su fuente de inspiración". Atentamente Mojo.