¿Cuántos ojetes indiscretos nos han visto en nuestros momentos de más esfuerzo?


bachelorette party supplies

domingo, 7 de febrero de 2010

Pelos y... ¡mierda!

Ayer me reuní con unas personas, muy majas por cierto, que no creía que me harían pasar tan buen momento. Últimamente, no sé si es por el blog o por qué, escucho más cosas relacionadas con la mierda que de costumbre. Me podría parecer algo asqueroso, pero la verdad es que mola. Y evidentemente al escribir de estas cosas en el blog me viene como dedo al culo. Hablar de un tema así cuando la gente se suelta sin un “cállate que me das asco” es tan… ¿reconfortante?, quizá, porque así sabemos que no somos los únicos que cagamos. El caso es que ayer, después de cenar con estas personas tan maravillosas (viva el peloteo), las chicas empezaron a hablar de pelos, y no preguntéis el por qué, aunque si queréis una respuesta que os acabo de negar es que son tales para cuales. Estaba yo tan tranquilo midiendo mi edad cerebral (¡¡35 añacos chavales!!) cuando de repente veo a uno de estos chicos enseñar su pierna, que por decirlo de alguna manera bastante suave, parecía que tenía ahí el forro de un abrigo esquimal, aunque como el está orgulloso a la par que feliz con sus pelos, no hay que temer una depilación que provocara una catástrofe mundial. Para él, y cito textualmente: "el pelo es felicidad" una buena filosofía de vida. Cómo no, él no iba a ser el único que enseñase su hermosura, si no que a mí también me hicieron enseñarles mi estilizada pierna, y digo estilizada porque al lado de la suya la mía parece el culito de un bebé, qué digo el culito de un bebé, en comparación ¡lo mío es tierra fértil! Después de mi turno le llegó el turno a todos los chicos presentes, y bueno… la verdad es que eso no tiene más misterio. Pero Don Chewaka (el chico de los pelos), experto en la vida sin depilación no iba a dejar todo ahí, no. Y aquí es donde empieza lo bueno, donde empieza toda la mierda. Para no interrumpir la conversación a cada frase, pondré la conversación entera, que yo soy como la televisión pública, no hago interrupciones ni para mear. Ahí va:

(Al rato de enseñar la pierna):

-Pues todavía no me habéis visto el culo, eso todavía es peor.

-Entonces tú cuando cagas ¿lo haces en lonchas?

-No, yo lo separo por ingredientes.

(Ahora se dirige a otro):

-Y tú no hables, ¡que con lo que tienes ahí te puedes peinar la raya de en medio!

-¡Y ponerme flequillo!

Y hasta aquí la conversación. Algunos de los presentes no sabíamos como habíamos terminado hablando de pelos y de mierda, pero aún así todos nos estábamos partiendo el culo. Cuando tengamos una conversación en la que profundicemos más en el tema, y sobre todo que sea graciosa, también la contaré. ¡Un saludo!

domingo, 24 de enero de 2010

HUGGIES POWAH!

Me aburro bastante no me gustan los domingos..., así pues relataré una desafortunada experiencia que me ha sobrevenido hace poco. Bueno, como la mayoría de los lectores de este blog conocéis esta última semana he tenido un pequeño virus estomacal que durante tres días ha estado haciendo de las suyas con mi flora intestinal, gastroenteritis. Es algo que no le deseo a mucha gente xD, a los continuos vomitos y diarreas (T.T) hay que añadirle la fiebre y el dolor de cuerpo que parece que te han pegado una paliza, pero no me centraré en lo malo que conlleva esta enfermedad, sino en el único aspecto positivo que descubrí en el trascurso de la misma. Esto está ligado a la cagalera supina que tenía, en un día podía ir al baño como 15 veces, y, claro, el culete se resiente(el Scotex es bueno pero no tanto) por no poner otro sinónimo ^^. He aquí entonces mi descubrimiento, ¡las toallitas para los bebés!, acostumbrado a exponer tus nalgas al áspero, rugoso y tosco papel normal de váter, el uso de estas toallitas tan delicadas y suaves era algo espléndido, majestuoso, magnífico...chachi!, gracias a ellas mis horas en el baño fueron algo más amenas dentro de lo que cabe. Sino fueran tan caras, casi 4 euros las puñeteras toallitas...sé de uno que empezaba a utilizarlas cada día Hasta aquí la pequeña experiencia de mi enfermedad estomacal y el retorno de las toallitas de bebé, ahora entiendo lo de más suave que el culito de un bebé. Me despido con otra cita de esas que me gustan ^^:"Qué triste es amar sin ser amado y qué triste es cagar sin haber almorzado". Os quiero a tos, un saludo! PD1: Cacafuti no viene el diccionario!!!!!! PD2: Cuidado con los fideos esos chinos precocinados ¡Warning!

lunes, 18 de enero de 2010

Escuela de música

Hoy tengo día libre de raid y me aburro mucho porque nadie está en el msn, asique creo que voy a contar la historia de la mierda del viernes. Como todos sabeis, o algunos, estabamos sentados en un banco enfrente de la escuela de música esperando a sandra y bueno.. ya salía con ganas de cagar pero el frío hacia que mi ano se encogiera poco a poco. Con la tontería de que Harry el Sucio tenía un vicio supremo a la DS, mi mente en vez de concentrarse en la temperatura ambiente, se dirigió hacia el juego y mi culo se fue relajando. Primero le pedí que me acompañara a mear y al esperarme en el pasillo mientras estaba de cuclillas orinando, oía la música del Mario Kart. No me concentraba, asique terminé y salí fuera. Poco después me levanté para entrar en calor y mientras daba saltitos, un punzón hiriente se abría camino dentro de mi. Fui rápido al baño anterior, eran aproximadamente las 10:20 y tenía poco tiempo. Tras entrar y cerrar la puerta, me puse de cuclillas haciendo lo imposible para mantenerme de pie mientras hacía fuerzas.... es muy dificil, no recomendable si no te vas a sentar. Mis manos se cerraron en un puño, me clavaba las uñas de la fuerza que hacía para parir aquella mierda y notaba una presión que rozaba la sensación de explosión dentro de mis ojos. Así, pensando que si los cerraba no saldrían fuera de su cuenca, hice la mueca de esfuerzo más brutal que pude. Mis dientes rechinaban, mis venas se notaban en mis manos y mientras intentaba mantenerme en pie. No salía... Respiré hondo, me preparé para otro empujón... Nada. Un sudor frío recorría mi cara y la rabía se apoderaba de mi. Ciertamente parecía Hulk haciendo fuerza. Me volví a preparar, pues notaba como su lacerante punta intentaba salir de mi. Finalmente y tras mucho esfuerzo, salieron cerca de 5 cms que me costó la vida cagar, asique me limpié (todo esto todavía de pie) y salí medio tambaleante del edificio buscando el frescor de la calle.

Psique

jueves, 14 de enero de 2010

Un día de compras

El otro día estuve de compras en un centro comercial. Y claro que si tienda para aquí, tienda para allá. Entro en una tienda me pruebo un pantalón, entro en otra y me pruebo una camiseta. Que si es la hora de comer y me voy a comer una hamburguesa y luego de nuevo a la carga con las tiendas... Total que me tiré dando vueltas por el centro desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde. Y como no paré, tampoco pude pasar por mi amado baño en esas diez horas, por lo que cuando estaba yendo en autobús para mi casa, una acuciante sensación de que tenía que expulsar una parte de mi, acudió a mi culo y mi ano se empezó a contraer, pues no quería hacerme mis necesidades encima. Todavía quedaba media hora para que el autobús llegada a mi parada y a cada segundo que pasaba sentía que cada vez tenía más ganas de soltar ese peso que me incomodaba. Me revolvía en el asiento cada vez que el autobús tenía que hacer una parada para que los pasajeros se bajasen o subiesen otros nuevos. Por fin el autobús llegó a mi parada y eché a andar hacia mi casa. La única pega que tenía ahora es que la parada del autobús está a quince minutos de mi casa, y esa es la más cercana. Deseaba con toda mi alma llegar a mi casa y hacer una visita al señor roca, pero no podía echar a correr pues me hubiera cagado encima. Iba andando lo más deprisa que podía, apretando con fuerza tanto mis nalgas como mi ano. Cuando llegué a un descampado que está a unos cinco minutos de mi casa no podía más, sabía que no me iba a dar tiempo a llegar a mi casa. Busqué un lugar escondido por el descampado, y vi unos matorrales. Me puse tras ellos para ocultarme de las miradas indiscretas de las pocas personas que pasaban por allí, dejé las bolsas de la compra un tanto apartadas, saqué el paquete de clínex del bolso y me desabroché los pantalones y me los bajé, junto con el culotte. En seguida me puse en cuclillas y dejé que la naturaleza siguiera su curso. Noté como me iba vaciando poco a poco y me quede relajadísima por quitarme aquel peso de encima; a la vez también oriné, pues llevaba más de diez horas sin mear. Cogí un pañuelo del paquete y me limpié lo mejor que pude. Una vez limpia, me subí los pantalones, cogí las bolsas y me fui dejando abandonada a mi mierda no sin antes echarle un pequeño vistazo: estaba dividida en dos, un fragmento pequeño y otro un tanto más grande. Ambos parecían bastante consistentes y su color era no muy oscuro. A su lado y por encima había un charquito de mi pis que se iba haciendo cada vez más grande y al lado estaba el pañuelo con el que me había limpiado. Inmediatamente después me fui apresuradamente a mi casa deseando que nadie me hubiera visto, pero con un descanso en el cuerpo por el que no me arrepentí de haber cagado en medio del descampado, es más, volvería a hacerlo si fuese necesario. Bueno y aquí concluye mi experiencia, más adelante os iré contando otras. Un chocolateado besito.

martes, 12 de enero de 2010

Un té, por favor!

Pues tras el relato de ayer, la bomba de hiroshima calló sobre leganés rompiendo las barreras del tiempo y el sonido. Llevaba todo el día con un resquemor detestable en el estómago hasta que me llegó la hora de ir al baño. En ese momento me encontraba jugando a la DS (si Harry, he abanzado en el FFIII) y tuve que ir corriendo, pero me frené en seco cuando vi que una rendija de luz salía de su interior, vamos, que estaba ocupado por mi madre. Llamando con prisas a la puerta le pregunté que cuanto le quedaba y me respondió que un minuto. A mi me estaban entrando los típicos sudores fríos que te dan cuando tienes algo tan grande y pesado que expulsar que lo quieres hacer YA. Pasado ese minuto no salía, y ante la imperiosa necesidad de mi ano pasé al baño como un relámpago. Mi madre estaba lavándose la cabeza, la muy ... - ¿un minuto, eh? -Comprendeme, si no me toca oler tu mierda, y estoy harta porque siempre me lo haces. -¡Pues tu comprende que como no te laves la cabeza rapidísimo, el champú que vas a usar será marrón! Se aclaró con la velocidad del rayo la cabeza y cerré la puerta tras ella. Lo que sentí al descargar ciertamente hoy no lo puedo describir, porque si a la vez me moría del dolor de tripa, resucitaba por el gusto que me procudía. Una especie de mus achocolatado estaba entrando en el agua del váter y lo llenaba todo de c-olor. Miré hacia abajo y la montaña estaba cerca de sumar 10 cm de altura, pero por fortuna no llegaba a tocarme el culo. Eso me daría mucho asco. Asique más feliz que una perdiz pero aun con dolor de tripa, me fui a hacer un té digestivo y a esta hora, los gases siguen saliendo de mi cuerpo, pero no tan calentitos como los de ayer.
Psique

lunes, 11 de enero de 2010

Literatura excrementicia

Hoy voy a hablaros de un extraño fenómeno que nos aborda a todos y cada uno de nosotros en el momento de obrar en el cuarto de baño. Estoy hablando de la ineludible necesidad de leer algo mientras cagas. Si la necesidad no aprieta lo suficiente te permites el lujo de coger alguna revista, libro, diccionario (conozco un caso), panfleto o cualquier trozo de papel grafiado y coherente que tengamos a mano para ojearla u hojearla, eso da lo mismo, el caso es tener algo entre manos. En el baño leemos aquello que nunca leeríamos sentados tranquilamente en el sofá o en la cama, nos aborda un virus lector que nos invade lentamente a lo largo del ejercicio del cagar, de pronto nos interesa con quien está el famosillo mas guarro/-a de todo el panorama de la prensa del corazón, vemos el catalogo de muebles del Ikea o nos llevamos un libro cuando sabemos que "eso" va a negarse a salir durante un rato y te espera una ardua batalla mierda vs ano, aunque realmente luego no leamos ni media página. Pero este fenómeno sin duda extraño se intensifica hasta tal punto que se convierte en algo que da miedo, esto ocurre cuando la necesidad aprieta demasiado y no puedes desviarte de tu camino a por una revista o lo que pilles, no, ano ha perdido la batalla contra su archienemigo y debes correr. Te plantas en la taza y tu cara de sufrimiento se transforma en un instante en placer hasta que te das cuenta de que no tienes nada para leer, ¡mierda!, sí es su culpa..., el virus empieza a propagarse por todo tu cuerpo mientras que la mierda aprieta, es el momento crítico y tienes que tomar una decisión, das un rápido vistazo a tu baño y ves el bote champú( gel, perfume, dentífrico, espuma, laca, cualquier cosmético al fin y al cabo en ese momento no estás para pensar, estás para actuar) casi al alcance de tu mano... alargas la mano pero no lo alcanzas... el fin se acerca... hay que tomar medidas drásticas... ahuecas el culo de la taza y coges el bote en un rápido y ágil movimiento para volver cuanto antes a plantar las posaderas, no vaya a ser que justo en ese momento ocurra lo que no tiene que ocurrir (caga feliz y contento, pero por favor caga dentro. Vuelves a tu postura inicial la cara de sufrimiento, que pasó a placer y volvió al sufrimiento retorna al placer nuevamente. Estás completo, el virus se elimina lentamente de tu organismo cuando te dispones a leer la interesantísima y novedosa información que te aporta tu champú y la cual desconocías. Lees los ingredientes(en inglés siempre es algo que no entiendo,¡quiero leer los ingredientes en español!), el modo de uso( aunque obviamente sabes perfectamente como se usa) pero que más da... estás cagando y estás leyendo... eres féliz. Acabas tu obra, dejas el bote en el suelo y comienzas el ritual "postcague", te limpias, te vistes de nuevo de cintura para abajo, dejas el champú en su sitio, tiras de la cadena ( antes de esto también puedes observar tu obra, conozco casos xDD), te lavas las manos, y te dispones a salir del cagadero, orgulloso, sabiendo que te has quitado un peso de encima, libre al fin y al cabo. Ale me despido con otra cita puramente filosófica del acto excretor. "Los escritores de baño, son poetas de ocasión, que buscan entre la mierda, su fuente de inspiración". Atentamente Mojo.

Hablemos de cosas líquidas

Basta de tantas heces y tanto defecar y hablemos un poquito de orinar. Quiero contaros lo que me gusta hacer de vez en cuando cuando estoy meando. Hay ocasiones en las que la vejiga esta a reventar y te sientas encima del WC y empiezas a sentir como expulsas el líquido calentito de dentro y pasa un buen rato y ves que aquello no termina y te empiezas a aburrir de tanto esperar. Entonces, para a matar el tiempo, empiezas a cortar el grifo de pis e inmediatamente después lo vuelves a abrir o empiezas a mear más rápido para luego ir más lento y así hasta que expulsas toda la orina. Otras veces en cambio sientes la necesidad imperiosa de ir al baño y cuando te sientas en la taza del váter y tratas de que el dichoso pis salga, este no quiere salir y te tiras un buen rato ahí, sentado con cara de idiota pensando ¡quiero que salga ya! y no sale... Y piensas en como fluye el agua o en cosas así, pero no sirve... Y al final cuando ya estás harto de tanto esperar empieza a fluir fuera de ti y te quedas genial. Otro caso diferente es cuando estas mucho tiempo sin mear. Con mucho tiempo me refiero a unas 12 horas o incluso más. No se si mucha gente se tirará tanto tiempo sin ir al baño, pero a mi me ha ocurrido en más de una ocasión y después de tanto tiempo, una vez orinas, te empieza a doler la vejiga un montón y es un dolor bastante desagradable. Y para finalizar, hablar de un caso que me parece un tanto peculiar. La mayoría de las veces en las que cagas o meas a la vez o justo después... ¡Dos placeres en uno! Te quedas más a gusto una vez que expulsas tanto peso de tu cuerpo... Bueno, con esto concluyo mi primera entrada. ¡Un amarronado besito! Hasta la próxima, Cactus.

Mierda...políticamente incorrecto!

Asqueroso, apestoso, inmundo, puerco, repugnante, sucio, espantoso, cerdo, desaseado, gorrino, mugriento, roñoso, bascoso, fétido, hediondo, nauseabundo, repulsivo, marrano, grosero, obsceno, grotesco, molesto, insano, mefítico, pestilente, maloliente, aborrecible, deleznable, despreciable, execrable, hediondo, horroroso, detestable, atroz... así definirían muchos lo que se trata en este blog, pero si estás leyendo esto sabrás y defenderás que expeler excremetos, evacuar, hacer de vientre, excretar o simplemente jiñar es algo natural como la vida misma, que encierra "algo", sumamente bello, placentero, exquisito, agradable, delicado(o no), elegante, grato, deleitable, lindo, ameno, entretenido, confortable, sugestivo, fascinante, satisfactorio, excelente, superior, excitante (excitante¡¿?, ya hablare de la coprofilia en otra ocasión), primoroso, cautivador, apacible, maravilloso( basta ya de adjetivos), que a mucha gente le da vergüenza expresar y compartir. Invitamos a todos aquellos que desde el anonimato o desde el nonimato( invent) compartan sus escatológicas experiencias y saberes , como dijo alguien sabio: " caga el Rey, caga el Papa y de cagar nadie escapa", "de los placeres sin pecar el mas barato es el cagar". Si has leído mi entrada y no te has mareado por la verborrea adjetival que me ha dado por poner molaaas! ^^ Un servidor se despide y se va a poner horizontal y la verdad espero que el placer que he nombrado anteriormente no venga a interrumpir al otro(dormir no penséis mal). Me despido con otra cita: "Da gracias que lo que tienes en la mano no lo tienes en el ano y viceversa".

Mecaguen mi suegra

Ayer cené pizza, y la verdad es que no fue agradable. Mi novio y yo pensamos en tener una cena retirada de la vida humana, pero hacía tanto frío que decidimos irnos a su casa. Asique nada, nos pusimos nuestros abrigos, yo me cogí mi pijama para pasar allí la noche y emprendimos el helado camino que separa nuestras casas. Nada más entrar en su casa observo que hay gente de más, nadie me había avisado de que era el cumpleaños de su abuela y yo me estaba cagando en su madre, que estaba delante nuestra porque pretendíamos tener una velada tranquila. En fin, llamamos al telepizza y tuvimos a su santa madre los tres cuartos de hora que tardamos en cenar observando nuestra forma de tragar, de mover los dientes, de coger la pizza... No se si a vosotros os gusta sentiros observados cuando comeis, pero a mi NO. Tras eso nos subimos a su habitación a meternos en su cama y ver la peli del Retorno del Rey.
Sinceramente, me gustaría pensar que las convulsiones que sentía mi estomago fueran para peerme cuando su madre entrara en la habitación y así no verla más, pero un gas ultracaliente separaba con la fuerza del viento mis cachetes y hacía que resonasen. Vamos, que bajo las sábanas se cocía algo grande. Y ahora sedme sinceros, ¿nunca habeis aireado la cama después de tiraros un pedo? Pues eso entre mi novio y yo parece ser el pan nuestro de cada día. Imaginaos en qué se había convertido el panorama que habíamos pretendido que fuera romántico.
Pasemos al día siguiente, pues es preferible que no se sepa las actividades lúdicas a las que nos dedicamos allí. A eso de las 12, que fue cuando llegué a mi casa y ya mi culo se sentía a gusto, me llamó la naturaleza de un modo imperioso. Fui corriendo al váter y apoyé las nalgas. Apreté y esperé. Salió un monstruo marrón de grandes dimensiones que iba tan propulsado que, al mirar hacia abajo, había desaparecido. Por esto mismo no os puedo dar la descripción de tal tronquito. Los gases me acosaban, no paraban de salir de mi por una de las dos vías de escape posibles, indistintamente. Hice la comida como pude, intentando no salir volando de la cocina y terminar en la blanca nieve que se iba acumulando poco a poco en el jardín. Para los que conoceis mis dotes culinarias, me salió un puré de patatas medio troceadas que aderecé un poquito y unas salchichas que valían su peso en oro junto con una buena ensalada para que la fibra hiciese su función. Pero en menudo momento decidí montar aquella bomba de relojería. A mitad de la tarde la urgencia anal fue aun más imperiosa que la anterior y corriendo llegué, bajandome los pantalones por el camino. Me volví a sentar en la fría porcelana y apreté con todas las fuerzas, pero a cada suspiro, a cada bocanada de aire que tomaba para poder sacar eso de mi cuerpo, me daba cuenta de que necesitaba ayuda de algunas más contracciones para que mi agujero se pudiera adaptar a su forma. La cabeza salió, seguido de un largo tronco que cuando miré hacia abajo sí que estaba. Era totalmente marrón oscuro moteado de clarito y mi culo se resentía como nunca. En ese momento me acordé del día anterior en el que la madre de mi novio nos estaba observando comer y se lo dediqué a ella. Me sentía débil, sudorosa, y tenía ganas de bautizar a mi nueva criatura, pues aunque fuera horrenda, había salido de mil. Me limpié despacio y con suavidad, no quería dañar más mi zona afectada y me puse la ropa. Aún ahora parece que las consecuencias de tal mierda no se han desvanecido, porque a lo largo de la tarde y todavía mientras escribo, muchos gases salen de mi, y no tienen precisamente buen olor. Espero no volver a comer en mucho.
Un oloroso saludito.
Psique

¡Otra más!

Hola de nuevo queridos amigos. Hace escasos treinta minutos mi aparato digestivo ha descargado de nuevo, y como espero que vaya siendo habitual desde la entrada de ayer, voy a comentarlo.

A eso de las 22:00, hora peninsular, he cenado, y después de unos cuantos miles de millones nanosegundos (me encanta esa medida de tiempo), he terminado. Y os preguntaréis a que viene esto, pues a nada. Era sólo por informar, para que vayáis conociendo a uno de los que hacen este blog; su hora de cenar, su hora “Danone”, y próximamente más momentos estelares nunca vistos de Harry el sucio.

En el momento en el que estaba recogiendo la mesa, mi estómago me comunicaba que en las próximas horas, o quizá minutos, debería ir al baño si no quería cagarme encima. El caso es que he dicho “pues me aguanto un poco, así estoy un rato en el ordenador”. Y dicho y hecho, he obligado a mi aparato digestivo a que se aguantara un poco he hiciera que mi mierda bajara más despacio. He estado haciendo mis cosas en el ordena (nada porno, os lo aseguro), y en el mismo momento en el que la pantalla del msn te dice “tiritín” avisándote de que alguien te está hablando, mi estómago me ha hecho “groarg” para avisarme de que el tiempo de espera había terminado. Asique le he dicho a quien me había hablado que dentro de un momento volvía. Me he levantado de la silla casi en sprint, he abierto mi puerta nada sigilosa que todos conocéis, la he cerrado y como un rayo me he despojado de mi “camisa-quita-fresquito” para asegurarle a mi culo un lugar despejado en el WC donde nada ni nadie le interrumpa. Mientras pasaba todo esto, que ha sucedido en escasos segundos, es que mi culo estaba tirándose flatulencias por el camino y mientras lo hacían, me estaba dejando el agujerillo calentito. Da un poco de asquito, pero tengo que contarlo todo. Prosigo con mi experiencia. Me he bajado mi pantalón y el bóxer que no son los de ayer (para que sepáis que aunque sea sucio no hago honor a mi nombre) y he posado mi trasero en la superficie blanca con agujero. Casi sin apretar la masa marrón ha salido, pero no como todos estáis pensando, ¡si no que ha salido dividida en seis partes! A cada cual más pequeña. Después, cuando todo acabó (ya que no apreté mucho porque una amiga me digo que no apretara, que dejara que saliera sólo, ya que si no salen almorranas) me limpié, la miré y tiré de la cadena. No puedo dar muchas más explicaciones ya que no ha sido una mierda especial pero… me he quedado muy a gusto. Lo mejor de todo esto es que mientras estaba en plena actuación estaba pensando en publicar una nueva entrada para que todos supierais que mi aparato digestivo funciona correctamente. Espero que no os comáis la cabeza pensando en si voy bien al baño o no en los próximos días ya que lo más probable es que no publique, pero si algo extraño, misterioso, horrible o gracioso me pasa, no dudéis en que os vais a enterar. Una gran cagada a todos, y con mucho cariño,

Harry el sucio.

domingo, 10 de enero de 2010

¡La primera entrada de Harry!

¡Hola! Soy Harry, y quiero aportar una nueva mierda, en el sentido más estricto y cómico de la palabra, a este nuevo blog que hemos creado.

Estaba yo el otro día... No, así no puedo empezar...

Resulta que me apretaba mucho... No, así tampoco.

Bueno quizá lo mejor sea empezar a contar mi historia desde el principio.

El día 8 de enero del 2010, comí unos deliciosos y exquisitos espaguetis con carne, pimienta, perejil y un poco de ajo en polvo, y como siempre me faltó el orégano, eso que en mi casa siempre se olvida comprar. El caso es que debido a que lo que comes un día lo sueles cagar al día siguiente, ayer por la tarde a eso de las 16:00 más o menos (mi hora “Danone”) de repente me di cuenta de que quería ir al excusado, y me embarqué en la sucia aventura. Sigilosamente abrí la puerta del baño para no despertar a mi padre de su siesta, pero, desgraciadamente mi puerta de sigilosa tiene lo que mi mierda de limpia. Así que con un gran estruendo, que no era un pedo, me metí en el baño. Miré a la taza, la taza me miró a mí, y surgió el apretón. Rápidamente abrí la taza de mi Señor Roca, y me bajé mi pantalón y mi bóxer para enseñarle a mi amigo mi lindo trasero. En el momento en el que posé mi culo en la taza creo que me dio un escalofrío, porque si ya de por sí está fría, en invierno puedes poner la botella de champán para enfriarla como si fuera el cubilete de plata de un hotel pijo. Segundos después me encontraba apretando fuertemente para expulsar algo que por lo que pensaba en ese momento parecía un alien. Después de una larga espera de caras rojas y ojos vidriosos mi WC me avisó de que la espera había terminado, nunca olvidaré ése “plonc-¡splash!” que sonó cuando mi caquita salió de mi agujerito. Pero ahí no termina todo, medio nanosegundo después del estrepitoso sonido, un chorrito de agua fría como “yoquesequé” me salpicó al culete y creo recordar que se hizo camino para entrar por mi recto. Así como lo cuento quizá de un poco de asco, pero os aseguro que si os pasa no da asco, da frío y repelús. Me limpié (en posteriores post publicaré como me limpio), y al echar el papel en la taza me asombre de lo que había expulsado. Era como una estaca con motitas oscuras, es decir, una dálmata-estaca, pero de mierda. No puedo dar muchos detalles más, primero porque no estuve analizándola y segundo porque la miré poco tiempo, aunque más que otras veces por la curiosidad de saber que había echado con tanto esfuerzo. Aún así creo que os puedo asegurar que eso se podría clavar en cualquier sitio, hasta en el helado más duro que te puedan servir en cualquier restaurante chino. Hasta aquí mi cagada. Quizá sea un poco escasa, pero con el tiempo espero conseguir expresar más sensaciones al escribir, y vosotros leer, mis próximas entradas. Espero que hagáis bien de vientre, un saludo

Harry el sucio.

sábado, 9 de enero de 2010

El bambú también es marrón

...¿Habéis comido bambú alguna vez? Pues os aseguro que vuestra mierda es capaz de adoptar la misma forma... Últimamente se han puesto muy de moda los restaurantes chinos, se encuentran en cada esquina de tu ciudad, aprovechando el último recoveco para instarte a comer allí por sus económicos precios. Al abrir la puerta de cualquiera de estos locales, una chica muy amable te atiende y te sienta en la que te parece la peor mesa porque se encuentra en medio del pasillo o tras una columna. Seguidamente te da una carta y tu pides el habitual arroz tres delicias, un rollito de primavera o tallarines con ternera. Mientras esperas impacientemente a que venga tu comida, tus ojos se dirigen inevitablemente a observar tu entorno. Lo que primero cae es la puerta por la que acabas de entrar y te admiras de las supuestas filigranas orientales que tienen grabadas, después la decoración de las paredes, que generalmente suelen ser cuadros con una cascada que se enchufan y comienza a caer agua. Ya por último diriges tu mirada hacia tu mesa, donde hay tres brotes de bambú decorandola. ¿Habéis comido bambú alguna vez? Pues os aseguro que vuestra mierda es capaz de adoptar la misma forma. Estaba tranquilamente yo comiendo en uno de estos restaurantes un día con mi novio y nos pedimos ternera con salsa de soja. Después, iniciamos el ritual que antes he descrito, mirar las puertas, las paredes y la mesa. El bambú estaba ahí, metido en una pequeña jarra de cristal, duro e impasible. Al cuarto de hora nos trajeron ese maravilloso plato aderezado con una muestra (¿gratuita?) de nuestro querido objeto de decoración y para no hacer el feo y también porque está bueno, nos lo comimos. No puedo describir el trayecto que hizo desde nuestra boca hasta el colon, pues soy una mujer de letras y me bailan muchos conceptos de la anatomía que (por cultura general) debería saber. Al día siguiente me levanté con ganas de ir al baño. Y ¿qué voy a hacer?, mi necesidad estaba siendo imperiosa. Cuando te bajas de la cama lo primero que notas es frío en el culo, pero lo peor viene al quitarte la ropa interior para sentarte en la taza del váter a echar la estaca que llama a tu puerta. Así pues, armándome de valor, me desarropé y puse los pies en el suelo. Tras estabilizarme, fui corriendo hasta el baño, bajándome el culot y sentándome en la taza, que oye, como es tuya no le haces ascos (al fin y al cabo si está sucia será por tu poca puntería). No fue necesario apretar, pues parecía que mi ano se había ido dilatando por el camino, pero las convulsiones del frío me hacían apretarlo un poco cuando estaba cayendo. Ciertamente, cuando el monstruo había entrado al lago, sentí un gran vacío en mi interior, pero me sentía enormemente orgullosa. Esta fue la razón para levantarme de la taza un poco y mirar dentro. En el agua flotaba un tronco marrón semejante a un bambú que remataba en un medio hilo fino, más o menos como la forma de las hojas que tienen estos curiosos tronquitos. La verdad es que me daba pena taparlo por el papel y perderlo para siempre, pero no me gusta la sensación de tener el culo lleno de mierda Entonces, con un gran peso en mi corazón, un vacío en mi recto y la sensación de tener el ano muy dilatado, procedí a limpiarme el culo y tirar de la cadena. Me subí el culot y me fui a generar mas cosas que cagar con un buen desayuno.
Entrada ofrecida por Psique.

Apodos

He aquí una lista con los apodos de los escritores del blog y una breve presentación.

-Cactus. "Me gustan las mierdas que pinchan al cagar... ¡Son tan dolorosas!"

-Psique. "Las peores mierdas son las más blanditas, ¡huelen tan mal!"

-Mojo-Yoyo. "Aunque pueda verse como grotesco y hasta vulgar , encierra un gran valor filosófico y literario. Crudeza y realidad, tanta belleza y tanta mierda... pura autosatisfacción!".

-Harry el Sucio. "Para evitar dudas, no hace honor a su nombre, pero piensa que hablar de mierda, "a veces es guay, te hechas unas risas"-dice".

Presentación

Bueno, he aquí nuestro aclamado blog (eso de aclamado es para darle glamour...). Queridos míos, aquí vamos a comentar sobre nuestros momentos más íntimos, esos momentos tras los cuales te sientes super a gusto y con un placer en el cuerpo... Sí, estoy hablando de los momentos en los que te sientas en el váter a defecar y a orinar claramente (no se quién podría pensar otra cosa). Hablaremos sobre lo que la gente suele evitar comentar, por pudor y vergüenza, porque carecemos de ella y vamos a intentar ponernos en el pellejo de ese frío recipiente de nuestras olorosas mierdecillas y nuestros amarillos orines. Tras esta breve y esclarecedora presentación, me despido. ¡Buen cagar! ¡No os estriñáis, comed mucha fibra!