domingo, 24 de enero de 2010
HUGGIES POWAH!
lunes, 18 de enero de 2010
Escuela de música
Hoy tengo día libre de raid y me aburro mucho porque nadie está en el msn, asique creo que voy a contar la historia de la mierda del viernes.
Como todos sabeis, o algunos, estabamos sentados en un banco enfrente de la escuela de música esperando a sandra y bueno.. ya salía con ganas de cagar pero el frío hacia que mi ano se encogiera poco a poco. Con la tontería de que Harry el Sucio tenía un vicio supremo a la DS, mi mente en vez de concentrarse en la temperatura ambiente, se dirigió hacia el juego y mi culo se fue relajando. Primero le pedí que me acompañara a mear y al esperarme en el pasillo mientras estaba de cuclillas orinando, oía la música del Mario Kart. No me concentraba, asique terminé y salí fuera.
Poco después me levanté para entrar en calor y mientras daba saltitos, un punzón hiriente se abría camino dentro de mi. Fui rápido al baño anterior, eran aproximadamente las 10:20 y tenía poco tiempo. Tras entrar y cerrar la puerta, me puse de cuclillas haciendo lo imposible para mantenerme de pie mientras hacía fuerzas.... es muy dificil, no recomendable si no te vas a sentar. Mis manos se cerraron en un puño, me clavaba las uñas de la fuerza que hacía para parir aquella mierda y notaba una presión que rozaba la sensación de explosión dentro de mis ojos. Así, pensando que si los cerraba no saldrían fuera de su cuenca, hice la mueca de esfuerzo más brutal que pude. Mis dientes rechinaban, mis venas se notaban en mis manos y mientras intentaba mantenerme en pie. No salía... Respiré hondo, me preparé para otro empujón... Nada. Un sudor frío recorría mi cara y la rabía se apoderaba de mi. Ciertamente parecía Hulk haciendo fuerza. Me volví a preparar, pues notaba como su lacerante punta intentaba salir de mi. Finalmente y tras mucho esfuerzo, salieron cerca de 5 cms que me costó la vida cagar, asique me limpié (todo esto todavía de pie) y salí medio tambaleante del edificio buscando el frescor de la calle.
Psique
jueves, 14 de enero de 2010
Un día de compras
El otro día estuve de compras en un centro comercial. Y claro que si tienda para aquí, tienda para allá. Entro en una tienda me pruebo un pantalón, entro en otra y me pruebo una camiseta. Que si es la hora de comer y me voy a comer una hamburguesa y luego de nuevo a la carga con las tiendas... Total que me tiré dando vueltas por el centro desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde. Y como no paré, tampoco pude pasar por mi amado baño en esas diez horas, por lo que cuando estaba yendo en autobús para mi casa, una acuciante sensación de que tenía que expulsar una parte de mi, acudió a mi culo y mi ano se empezó a contraer, pues no quería hacerme mis necesidades encima. Todavía quedaba media hora para que el autobús llegada a mi parada y a cada segundo que pasaba sentía que cada vez tenía más ganas de soltar ese peso que me incomodaba. Me revolvía en el asiento cada vez que el autobús tenía que hacer una parada para que los pasajeros se bajasen o subiesen otros nuevos. Por fin el autobús llegó a mi parada y eché a andar hacia mi casa. La única pega que tenía ahora es que la parada del autobús está a quince minutos de mi casa, y esa es la más cercana. Deseaba con toda mi alma llegar a mi casa y hacer una visita al señor roca, pero no podía echar a correr pues me hubiera cagado encima. Iba andando lo más deprisa que podía, apretando con fuerza tanto mis nalgas como mi ano. Cuando llegué a un descampado que está a unos cinco minutos de mi casa no podía más, sabía que no me iba a dar tiempo a llegar a mi casa. Busqué un lugar escondido por el descampado, y vi unos matorrales. Me puse tras ellos para ocultarme de las miradas indiscretas de las pocas personas que pasaban por allí, dejé las bolsas de la compra un tanto apartadas, saqué el paquete de clínex del bolso y me desabroché los pantalones y me los bajé, junto con el culotte. En seguida me puse en cuclillas y dejé que la naturaleza siguiera su curso. Noté como me iba vaciando poco a poco y me quede relajadísima por quitarme aquel peso de encima; a la vez también oriné, pues llevaba más de diez horas sin mear. Cogí un pañuelo del paquete y me limpié lo mejor que pude. Una vez limpia, me subí los pantalones, cogí las bolsas y me fui dejando abandonada a mi mierda no sin antes echarle un pequeño vistazo: estaba dividida en dos, un fragmento pequeño y otro un tanto más grande. Ambos parecían bastante consistentes y su color era no muy oscuro. A su lado y por encima había un charquito de mi pis que se iba haciendo cada vez más grande y al lado estaba el pañuelo con el que me había limpiado. Inmediatamente después me fui apresuradamente a mi casa deseando que nadie me hubiera visto, pero con un descanso en el cuerpo por el que no me arrepentí de haber cagado en medio del descampado, es más, volvería a hacerlo si fuese necesario. Bueno y aquí concluye mi experiencia, más adelante os iré contando otras. Un chocolateado besito.
martes, 12 de enero de 2010
Un té, por favor!
argar ciertamente hoy no lo puedo describir, porque si a la vez me moría del dolor de tripa, resucitaba por el gusto que me procudía. Una especie de mus achocolatado estaba entrando en el agua del váter y lo llenaba todo de c-olor. Miré hacia abajo y la montaña estaba cerca de sumar 10 cm de altura, pero por fortuna no llegaba a tocarme el culo. Eso me daría mucho asco. Asique más feliz que una perdiz pero aun con dolor de tripa, me fui a hacer un té digestivo y a esta hora, los gases siguen saliendo de mi cuerpo, pero no tan calentitos como los de ayer.
lunes, 11 de enero de 2010
Literatura excrementicia
Hablemos de cosas líquidas
Mierda...políticamente incorrecto!
Mecaguen mi suegra
¡Otra más!
Hola de nuevo queridos amigos. Hace escasos treinta minutos mi aparato digestivo ha descargado de nuevo, y como espero que vaya siendo habitual desde la entrada de ayer, voy a comentarlo.
A eso de las 22:00, hora peninsular, he cenado, y después de unos cuantos miles de millones nanosegundos (me encanta esa medida de tiempo), he terminado. Y os preguntaréis a que viene esto, pues a nada. Era sólo por informar, para que vayáis conociendo a uno de los que hacen este blog; su hora de cenar, su hora “Danone”, y próximamente más momentos estelares nunca vistos de Harry el sucio.
En el momento en el que estaba recogiendo la mesa, mi estómago me comunicaba que en las próximas horas, o quizá minutos, debería ir al baño si no quería cagarme encima. El caso es que he dicho “pues me aguanto un poco, así estoy un rato en el ordenador”. Y dicho y hecho, he obligado a mi aparato digestivo a que se aguantara un poco he hiciera que mi mierda bajara más despacio. He estado haciendo mis cosas en el ordena (nada porno, os lo aseguro), y en el mismo momento en el que la pantalla del msn te dice “tiritín” avisándote de que alguien te está hablando, mi estómago me ha hecho “groarg” para avisarme de que el tiempo de espera había terminado. Asique le he dicho a quien me había hablado que dentro de un momento volvía. Me he levantado de la silla casi en sprint, he abierto mi puerta nada sigilosa que todos conocéis, la he cerrado y como un rayo me he despojado de mi “camisa-quita-fresquito” para asegurarle a mi culo un lugar despejado en el WC donde nada ni nadie le interrumpa. Mientras pasaba todo esto, que ha sucedido en escasos segundos, es que mi culo estaba tirándose flatulencias por el camino y mientras lo hacían, me estaba dejando el agujerillo calentito. Da un poco de asquito, pero tengo que contarlo todo. Prosigo con mi experiencia. Me he bajado mi pantalón y el bóxer que no son los de ayer (para que sepáis que aunque sea sucio no hago honor a mi nombre) y he posado mi trasero en la superficie blanca con agujero. Casi sin apretar la masa marrón ha salido, pero no como todos estáis pensando, ¡si no que ha salido dividida en seis partes! A cada cual más pequeña. Después, cuando todo acabó (ya que no apreté mucho porque una amiga me digo que no apretara, que dejara que saliera sólo, ya que si no salen almorranas) me limpié, la miré y tiré de la cadena. No puedo dar muchas más explicaciones ya que no ha sido una mierda especial pero… me he quedado muy a gusto. Lo mejor de todo esto es que mientras estaba en plena actuación estaba pensando en publicar una nueva entrada para que todos supierais que mi aparato digestivo funciona correctamente. Espero que no os comáis la cabeza pensando en si voy bien al baño o no en los próximos días ya que lo más probable es que no publique, pero si algo extraño, misterioso, horrible o gracioso me pasa, no dudéis en que os vais a enterar. Una gran cagada a todos, y con mucho cariño,
Harry el sucio.
domingo, 10 de enero de 2010
¡La primera entrada de Harry!
¡Hola! Soy Harry, y quiero aportar una nueva mierda, en el sentido más estricto y cómico de la palabra, a este nuevo blog que hemos creado.
Estaba yo el otro día... No, así no puedo empezar...
Resulta que me apretaba mucho... No, así tampoco.
Bueno quizá lo mejor sea empezar a contar mi historia desde el principio.
El día 8 de enero del 2010, comí unos deliciosos y exquisitos espaguetis con carne, pimienta, perejil y un poco de ajo en polvo, y como siempre me faltó el orégano, eso que en mi casa siempre se olvida comprar. El caso es que debido a que lo que comes un día lo sueles cagar al día siguiente, ayer por la tarde a eso de las 16:00 más o menos (mi hora “Danone”) de repente me di cuenta de que quería ir al excusado, y me embarqué en la sucia aventura. Sigilosamente abrí la puerta del baño para no despertar a mi padre de su siesta, pero, desgraciadamente mi puerta de sigilosa tiene lo que mi mierda de limpia. Así que con un gran estruendo, que no era un pedo, me metí en el baño. Miré a la taza, la taza me miró a mí, y surgió el apretón. Rápidamente abrí la taza de mi Señor Roca, y me bajé mi pantalón y mi bóxer para enseñarle a mi amigo mi lindo trasero. En el momento en el que posé mi culo en la taza creo que me dio un escalofrío, porque si ya de por sí está fría, en invierno puedes poner la botella de champán para enfriarla como si fuera el cubilete de plata de un hotel pijo. Segundos después me encontraba apretando fuertemente para expulsar algo que por lo que pensaba en ese momento parecía un alien. Después de una larga espera de caras rojas y ojos vidriosos mi WC me avisó de que la espera había terminado, nunca olvidaré ése “plonc-¡splash!” que sonó cuando mi caquita salió de mi agujerito. Pero ahí no termina todo, medio nanosegundo después del estrepitoso sonido, un chorrito de agua fría como “yoquesequé” me salpicó al culete y creo recordar que se hizo camino para entrar por mi recto. Así como lo cuento quizá de un poco de asco, pero os aseguro que si os pasa no da asco, da frío y repelús. Me limpié (en posteriores post publicaré como me limpio), y al echar el papel en la taza me asombre de lo que había expulsado. Era como una estaca con motitas oscuras, es decir, una dálmata-estaca, pero de mierda. No puedo dar muchos detalles más, primero porque no estuve analizándola y segundo porque la miré poco tiempo, aunque más que otras veces por la curiosidad de saber que había echado con tanto esfuerzo. Aún así creo que os puedo asegurar que eso se podría clavar en cualquier sitio, hasta en el helado más duro que te puedan servir en cualquier restaurante chino. Hasta aquí mi cagada. Quizá sea un poco escasa, pero con el tiempo espero conseguir expresar más sensaciones al escribir, y vosotros leer, mis próximas entradas. Espero que hagáis bien de vientre, un saludo
Harry el sucio.
sábado, 9 de enero de 2010
El bambú también es marrón
Estaba tranquilamente yo comiendo en uno de estos restaurantes un día con mi novio y nos pedimos ternera con salsa de soja. Después, iniciamos el ritual que antes he descrito, mirar las puertas, las paredes y la mesa. El bambú estaba ahí, metido en una pequeña jarra de cristal, duro e impasible. Al cuarto de hora nos trajeron ese maravilloso plato aderezado con una muestra (¿gratuita?) de nuestro querido objeto de decoración y para no hacer el feo y también porque está bueno, nos lo comimos. No puedo describir el trayecto que hizo desde nuestra boca hasta el colon, pues soy una mujer de letras y me bailan muchos conceptos de la anatomía que (por cultura general) debería saber.
Al día siguiente me levanté con ganas de ir al baño. Y ¿qué voy a hacer?, mi necesidad estaba siendo imperiosa. Cuando te bajas de la cama lo primero que notas es frío en el culo, pero lo peor viene al quitarte la ropa interior para sentarte en la taza del váter a echar la estaca que llama a tu puerta. Así pues, armándome de valor, me desarropé y puse los pies en el suelo. Tras estabilizarme, fui corriendo hasta el baño, bajándome el culot y sentándome en la taza, que oye, como es tuya no le haces ascos (al fin y al cabo si está sucia será por tu poca puntería). No fue necesario apretar, pues parecía que mi ano se había ido dilatando por el camino, pero las convulsiones del frío me hacían apretarlo un poco cuando estaba cayendo. Ciertamente, cuando el monstruo había entrado al lago, sentí un gran vacío en mi interior, pero me sentía enormemente orgullosa. Esta fue la razón para levantarme de la taza un poco y mirar dentro. En el agua flotaba un tronco marrón semejante a un bambú que remataba en un medio hilo fino, más o menos como la forma de las hojas que tienen estos curiosos tronquitos. La verdad es que me daba pena taparlo por el papel y perderlo para siempre, pero no me gusta la sensación de tener el culo lleno de mierda Entonces, con un gran peso en mi corazón, un vacío en mi recto y la sensación de tener el ano muy dilatado, procedí a limpiarme el culo y tirar de la cadena. Me subí el culot y me fui a generar mas cosas que cagar con un buen desayuno.
Apodos
He aquí una lista con los apodos de los escritores del blog y una breve presentación.
-Cactus. "Me gustan las mierdas que pinchan al cagar... ¡Son tan dolorosas!"
-Psique. "Las peores mierdas son las más blanditas, ¡huelen tan mal!"
-Mojo-Yoyo. "Aunque pueda verse como grotesco y hasta vulgar , encierra un gran valor filosófico y literario. Crudeza y realidad, tanta belleza y tanta mierda... pura autosatisfacción!".
-Harry el Sucio. "Para evitar dudas, no hace honor a su nombre, pero piensa que hablar de mierda, "a veces es guay, te hechas unas risas"-dice".
